Albert Schweitzer

 

Albert Schweitzer

"El propósito de la vida humana es servir y mostrar compasión y la voluntad de ayudar a otros".

Albert Schweitzer

De nacionalidad franco-germana nació en 1875, el 14 de enero en Kaysersberg, Alsacia, encrucijada donde dos naciones poderosas ensangrentaron muchas veces el suelo de Europa. En sus luchas heredó de ellas la profundidad germana y el amor al raciocinio a la calidad humana, propios de las mejores tradiciones galas. Fue su hogar de virtudes teologales, su padre fue pastor protestante, así como su abuelo materno; él mismo lo fue después.

Se doctoró en Teología, predicando en la Iglesia de San Nicolás de Estrasburgo. Maestro en la Facultad de la misma, miembro de la Sociedad Juan Sebastián Bach de París, misionero de la paz franco-germana, escritor, filósofo, médico, músico de prestigio, especialista en la construcción de órganos, miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, Presidente Honorario del Consejo Científico Internacional, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chicago, Miembro de la Legión de Honor, Premio Nobel de la Paz en 1952, autor de numerosas obras musicales y literarias.

Demócrata ferviente:” No dejéis que os arrebaten el ideal de humanidad personal, aunque esté en pugna con las circunstancias. Seguid siendo hombres con alma propia. No os transformeis en objetos humanos, que se dejan injertar un alma que se ajusta a la voluntad de la masa y que palpita al compás que ella le imprime. Convirtamos en realidad cada uno y dentro de nuestras posibilidades, el sano humanismo para ser hombres caritativos y buenos y no permitamos que quede inoperante por ser solo expresada en palabras, sino que se traduzca en hechos tangibles, positivos y generosos”. Médico del alma, quiso complementar esa función, buena para el espíritu, con otra grata para el cuerpo estudiando medicina pasados los treinta años “Quería ser médico, lo cual me permitiría trabajar sin tener que hablar. Durante años me había estado agotando en palabras, y con alegría había respondido al llamado como profesor de teología y predicador. Pero me resultaba imposible representarme esta nueva forma de actividad como un hablar sobre la religión del amor, sino sólo como un llevarla realmente a la práctica”. Esta clase de vocación, cuando es avasalladora como lo fue en él, no se adquiere; Dios la da a los elegidos.

Filántropo en el más alto sentido de la palabra, amó a los hombres personificando en ellos la grandeza de la Creación. Artista en todo, Schweitzer fue por excelencia un artista del vivir. Así como cada uno de los doctos tratados que ha escrito, él solo constituye una obra de arte, así también el hospital que fundó y edificó, representación simbólica de la integridad de su alma, es la obra de un artista. Pues el ideal del artista consiste en lograr que su obra alcance la máxima perfección posible. Tal es el ideal del moralista, quien dotado de un corazón honesto y bondadoso ha recibido la palabra vital para que produzca frutos y los perfeccione pacientemente.

África es el símbolo de su vida; el significado es la veneración por la Vida.

“ He sido agraciado por habérseme concedido trabajar al servicio de la caridad, por haber tenido éxito en mi obra, por recibir de otras personas mucho afecto y bondad, por haber contado con benefactores leales, por gozar de una salud que me permite emprender una actividad de lo más cansadora, por disponer de un temperamento equilibrado, de una energía que se ejerce con calma y dedicación; y, por último porque puedo reconocer como tal cualquier felicidad que me toque en suerte, aceptándola, asimismo, como algo que merece agradecimiento de mi parte”. ¿Cuánto trabajo proyectado y pensado seré capaz de llevar a cabo?…Miro hacia atrás, agradecido, a la época en que, sin necesidad de fortalecer mis energías, podía llegar hasta el fin de una corriente ininterrumpida de actividad corporal y mental. Con calma y humildad miro hacia delante, al futuro, a fin de estar preparado para renunciar si ello se requiere de mí. Ya seamos trabajadores o gente que sufre, nuestro deber consiste, sin duda alguna, en conservar nuestras facultades, como hombres que se han abierto paso hacia la paz que tolera toda comprensión”.

La vida y obra de Albert Schweitzer permanecerá en la historia de la humanidad como un luminoso capítulo, como una enseñanza de las posibilidades de la existencia cuando está orientada por un alma en la que ha triunfado el sentido del bien.

"A los 90 años, en Lambarené, se apagó la vida de quien fue una viva llama de amor y sacrificio médico y hombre excepcional deja su ejemplo”

Clarín, 06/09/1965

“Se apagó una brillante estrella” “Con su muerte desaparece una de las más brillantes estrellas del firmamento humano. Su larga ca- rrera de sabio y benefactor de la humanidad constituye una de las más destacadas epopeyas del siglo XX”.

Martin Luther King. Premio Nobel de la Paz.

“Hombre de bien poco común en nuestra época. Los hombres de bien no son cosa común en nuestra época, la cual no siempre les comprende, ni los merece. Albert Schweitzer fue uno de ellos”

Bertrand Russell. Filósofo inglés. Premio Nobel de Literatura.

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